El artículo en la portada de el New York Times Magazine esta semana fue el producto de una investigación financiada por dos fundaciones sin ánimo de lucro y con un costo estimado a US$ 400.000. El artículo mismo merece mucha atención: describe como la jefa de un hospital dañado por el Huracán Katrina ordenó la sobredosis de drogas a unos pacientes hasta su eutanización.
Pero la particularidad que llamó la atención de muchos periodistas fue el costo de la investigación y la manera de financiarla.
Zachary M. Seward toca el tema en NiemanJournalismLab y señala que otras inciativas de los medios también son costosas: el Times gasta US$ 5 millones anualmente por su oficina en Bagdad, y el Miami Herald gastó US$ 850.000 por su informe de auditoría sobre los resultados de las elecciones presidenciales en la Florida en 2000.
¿Quién paga por este tipo de periodismo?
Para muchos, el artículo representa el tipo de periodismo de servicio público que estamos perdiendo por la grave crisis financiera de los diarios grandes en Estados Unidos.
A la vez, la aportación de recursos de ProPublica, un centro independiente de periodismo de investigación sin ánimos de lucro, y la Fundación Kaiser fue esencial para que la reportera, Sheri Fink, cumpla su investigación de dos años. El Times la publicó pero cualquier medio puede republicarla después del 29 de septiembre.
Aunque los medios tradicionales cada vez más pierden la habilidad de armar este tipo de investigaciones, las fundaciones privadas ofrecen una alternativa viable.
Simboliza también un regreso a las raíces del periodismo antes de la industrialización de los medios en el siglo 19. El periodismo es más un proyecto de servicio público y menos un negocio.